Abre tus ojos
Cuando perdemos de vista nuestras convicciones y la Biblia como el manual de vida, dejamos que el entorno cauterice la forma de percibir lo que pasa a nuestro alrededor. Pecados que ya nos da igual si los confesamos o no porque nos acostumbramos a cometerlos. Palabras que son tan normales en nuestro entorno y que nos acostumbramos no solo a oírlas sino también a decirlas, o bien las cosas que ya no hacemos junto a nuestra familia porque dejamos que la rutina nos acostumbre a dejar de hacerlas. La violencia en el mundo de hoy y todos sus males se han convertido en el pan nuestro de cada día, tanto es así que terminamos consumiéndolo, dejando de lado el verdadero Pan de Vida. En medio de todo esto, la palabra de Dios se convierte una vez más en un faro que nos ilumina el camino, mostrándonos todo lo verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre. La palabra de Dios es una medicina que se debe consumir diariamente, de los ...