46 Lección "Vidas Transformadas"
Ministerio Yahshua-Jesucristo Amor que rescata presenta su
programa “Con Biblia en Mano”
¡Buenas tardes hermanos y amigos!, agradecemos su sintonía.
Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Versión Reina Valera 1960. Les
invitamos a sintonizar en directo a través de nuestro FANPAGE
Yahshua-Jesucristo amor que rescata, todos los lunes desde las 21.00 horas,
horario de Santiago de Chile, la transmisión en vivo de su programa “Con Biblia
En Mano”.
Salmos 119:2-3 “Bienaventurados los que guardan tus
testimonios, y con todo el corazón te buscan, pues no hacen iniquidad, los que andan
en tus caminos”. “Con Biblia en Mano”, es un programa radial de estudio
bíblico, que tiene por finalidad comprobar por las escrituras, “Que la biblia,
desde el Genesis hasta el Apocalipsis, nos habla de Jesucristo y su plan de
redención para la humanidad”. Entender a la luz de la Palabra que sus
mandamientos son un deleite y la gracia de nuestro amado Dios, en hebreo YHVH a
sido desde el principio para su pueblo.
Hoy estudiaremos la lección N°46 del 4to ciclo de Estudios
Bíblicos, llamado “Restauración de todas las cosas” La lección de hoy “Vidas
transformadas”
Al leer los evangelios nos damos cuenta del arduo trabajo
que realizó nuestro maestro, Yahshua, para adiestrar, para capacitar a sus doce
discípulos. Al ir escudriñando las escrituras nos damos cuenta, que estos
hombres “muy parecidos a nosotros”, débiles, confundidos, altruístas,
soñadores, trabajólicos, con emociones a flor de piel, faltos de entendimiento.
Al pasar horas con el mesías, sus corazones, sus mentes fueron siendo transformadas
por su palabra. Esta Palabra hecha carne, la cual era revelada a este grupo de
seguidores que veían que este RABI era distinto al resto, sus palabras tenían
poder, sus palabras sanaban y cuando el hablaba eran develados los misterios
del reino, aquellas enseñanzas que muchas veces habían oído, pero que no
entendían, que quizá habían aprendido de memoria pero cuando las escuchaban de
su boca se activaba esa palabra en sus corazones, esas palabras llenas de
sabiduría que iban calando hondo en los corazones de sus discípulos. Leamos
Juan 6:64-69. Ellos estaban empezando a amar la sabiduría. Dios es la fuente de
toda sabiduría.
Una palabra que significa amar la sabiduría es FILOSOFIA. La
palabra filosofía, su origen etimológico proviene de dos palabras griegas. El
prefijo filo proviene de la palabra griega phileō, que significa «amar». La
raíz proviene de la palabra griega sofía, que significa «sabiduría». Por lo
tanto, el significado básico de la palabra filosofía es «amor por la
sabiduría». La filosofía es un conjunto de reflexiones sobre la esencia, las
propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente
sobre el hombre y el universo. Sin embargo, la filosofía griega, enfatiza
preguntas abstractas de la metafísica (el estudio del ser último o de la
realidad última) y la epistemología (el estudio del proceso mediante el cual
los seres humanos aprenden). La filosofía se entiende como un conjunto
sistemático de los razonamientos expuestos por un pensador. Es cierto que una
de las subdivisiones de la filosofía es la ética, particularmente la ciencia de
la ética normativa, los principios de cómo debemos vivir. Esa fue ciertamente
una preocupación de los antiguos griegos, particularmente de Sócrates. Pero
incluso Sócrates estaba convencido de que la conducta apropiada, o la vida
correcta, está íntimamente relacionada al conocimiento correcto. Los griegos
son vistos generalmente como los padres fundadores de la filosofía occidental y
muchos van tras estos razonamientos humanos, tratando de dar respuesta o
buscando respuestas con razonamientos basados en un pensamiento limitado,
finito.
Pero existe una filosofía aún más antigua y poderosa que los
escritos de Sócrates y otros filósofos conocidos y es el amor por la sabiduría
divina, esa que proviene de Dios y que los escritores de los Salmos, los
Proverbios, Job, Cantar de los Cantares, Eclesiastés, dejaron para nosotros.
Ellos siendo inspirados por Dios escribieron esta sección del Antiguo
testamento llamada literatura sapiencial.
El propósito de aprender las cosas de Dios es la adquisición
de sabiduría, y no podemos tener sabiduría sin conocimiento. En el pensamiento
hebreo, la afirmación de la soberanía de Dios es primordial. La primera línea
del Antiguo Testamento dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”
(Gn 1:1), no existe mayor afirmación de su existencia. El monoteísmo no está al
final del camino; está al principio. Y esto nos lleva a Deut. 6:4-6 donde nos
indica claramente que YHVH uno es, también encontramos esta afirmación en Rom
3:30/ Gal. 3:20/ 1Tim 2:5/ Zac 14:9/
1Cor 8:4/ Stgo 2:19/ Ef 4:6/ 1Cor 8:6/ 1Cor. 12:13
Volviendo a Génesis, volviendo al principio del libro,
llamado en hebreo Bereshit “origen”, “principio”, este escrito no ofrece ningún
argumento o prueba de la existencia de Dios. Una de las razones de esto es que
los hebreos estaban convencidos de que Dios ya había hecho el trabajo por Sí
mismo: los cielos proclamaron la gloria de Dios (Sal 19:1). Los hebreos no
estaban preocupados de si había un Dios, sino su preocupación era en saber cómo
es Él: ¿Cuál es Su nombre? ¿Cuáles son Sus atributos? ¿Cuál es Su carácter?
Todo el Antiguo Testamento se enfoca en la autorrevelación de Dios a Su pueblo
del pacto. La literatura sapiencial hace una afirmación sorprendente:
«El principio de la sabiduría es el temor del Señor» (Sal 111:10; Pr 9:10).
Para los hebreos, la sabiduría significa una comprensión práctica de cómo vivir
una vida que sea agradable a Dios. La búsqueda de la piedad fue una
preocupación central de los escritores de la literatura sapiencial. Afirmaron
que la condición necesaria para que alguien tenga verdadera sabiduría es el
temor del Señor. Tal temor no es terror ni horror. Como dijo Martín Lutero, es
un temor filial, el temor de un niño que admira a su padre y no quiere hacer
nada que pueda contravenir a su padre e interrumpir su relación amorosa con él.
En una palabra, este concepto tiene que ver con la reverencia, la admiración y
el respeto. Lo podemos leer en Prov. 1:7/ Salmos 111:10/ Prov. 9:10. Cuando los
escritores de la literatura sapiencial dicen que el principio de la sabiduría
es el temor del Señor, ellos están diciendo que es el punto de partida absoluto
y esencial. Si deseas adquirir la verdadera sabiduría, debemos entender que
esta consiste en la reverencia y la adoración a Dios en espíritu y verdad.
Mostrando un contraste, el salmista nos dice: «El necio dice
en su corazón: ‘No hay Dios'» (Sal 14:1a). La sabiduría es contrastada con la
necedad. Sin embargo, en la literatura hebrea, la palabra necio no describe a
una persona que carece de inteligencia. Ser necio para el hebreo es ser
irreligioso e impío (gentil). El impío, el gentil, es la persona que no tiene
reverencia por Dios y cuando no tienes reverencia por Dios, inevitablemente tu
vida lo mostrará, es algo que no se puede esconder, porque por más que lo
maquilles lo que está en el interior saldrá a luz.
La literatura sapiencial también hace una distinción clara
entre la sabiduría y el conocimiento. Una persona puede tener conocimiento
ilimitado y no tener sabiduría. Si, así como lo escuchó, una persona puede
tener mucho conocimiento y no ser sabio. Pero no puede darse lo contrario;
nadie puede tener sabiduría si no tiene conocimiento, pero esta sabiduría viene
de un conocimiento práctico. El hebreo HACE-PRACTICA, el GRIEGO solo Piensa.
Salmos 119:1-8/ Salmos 119:131-133 (PDT)
El espíritu anti-intelectual de nuestro tiempo declara: «No
necesito estudiar. No necesito conocer la Biblia. El Antiguo Testamento es tan
difícil de entender. Todo lo que necesito es tener una relación personal con
Jesús». Ese punto de vista está en un curso de colisión con lo que enseña la
literatura sapiencial. El propósito de aprender las cosas de Dios es la
adquisición de sabiduría, y no podemos tener sabiduría sin conocimiento. La
ignorancia engendra necedad, pero el verdadero conocimiento, el conocimiento de
Dios, conduce a la sabiduría que es más preciosa que los rubíes y las perlas.
Lamentablemente muchos cristianos, muchos creyentes no
anhelan la sabiduría. Por consiguiente, no leen las Escrituras, el libro de
texto supremo de la sabiduría. Esto es necedad. Busquemos el conocimiento de
Dios a través de la Palabra de Dios, porque de ese modo encontraremos la
sabiduría para vivir vidas que le agraden, un buen comienzo es el tesoro que
nos dejó en el Salmo 119 y seremos una manifestación palpable de vidas transformadas por el poder de su PALABRA.
Esperamos volver a encontrarnos este próximo lunes en nuestro
FANPAGE Yahshua-Jesucristo amor que rescata, para que juntos podamos estudiar las
escrituras. Podrá encontrar el contenido de este programa en red social,
FANPAGE Yahshua-Jesucristo amor que rescata y en la web:
www. Conbibliaenmanorec.blogspot.com
Oración: Números 6:24-26
Agradecemos su compañía y esperamos pueda invitar a sus
amigos para que nos sintonice el próximo lunes cuando nos volvamos a encontrar
en su programa…“Con Biblia en Mano”
Video Leccion 46